Desde la época prehispánica, la chía ha sido considerada una fuente de energía capaz de permitirle a una persona sobrevivir por largos períodos de tiempo con tan solo comer un par de cucharadas, ya que reduce los niveles de colesterol y favorece la hidratación, además de ser una agente de ayuda para algunos problemas de salud como los cardiovasculares, las neurodegenerativas, procesos inflamatorios e incluso el cáncer.
De acuerdo con Miriam Gutiérrez, Nutrióloga y Coordinadora de Medios Científicos en Recorrido por la Salud®, todo eso es posible gracias a que la chía está compuesta con ácidos grasos omega 3, hidratos de carbono (carbohidratos), proteínas, fibra, vitaminas, minerales, ácidos y flavonoles (antiinflamatorios). Pero ¿cómo se pueden aprovechar esos compuestos? El 50% de la semilla son hidratos de carbono y fibra que actúan al mezclarlos con agua y generarse un gel que al pasar por el estómago se forma una barrera natural entre los jugos digestivos y el alimento haciendo que los hidratos de carbono se absorban más lentamente. Esto representa una ventaja importante para las personas con diabetes ya que puede ayudarles a controlar los picos de glucosa.
De hecho, un estudio realizado por el doctor Vladimir Vuksan, Hospital Central de St Michaels en Toronto, demuestra que una ingesta regular de semillas de chía para los pacientes con diabetes tipo 2, ayuda a reducir la coagulación de la sangre y la inflamación.
En cuanto a las proteínas, Miriam Gutiérrez comenta que en comparación con otros cereales como el arroz o el maíz, esta pequeña semilla tiene un contenido proteico de entre 12 y 23g por cada 100g de alimento. Entre las proteínas que contiene destacan los aminoácidos como lisina y arginina. En Estados Unidos, por ejemplo, la Food and Drug Administration (FDA) ya considera a la chía como un complemento dietético por complementar las exigencias regulatorias de contenido nutrimental establecidas para ser un “Alimento saludable”.
Beneficios y usos de la chía
• Rica en calcio: Contienen más calcio por gramo que la leche. Dicho mineral es esencial para la fortaleza ósea y la densidad, y para las madres embarazadas y lactantes.
• Nutricional y energizante: El contenido de proteína en las semillas de chía es mayor que en los cereales, productos lácteos o carne. La combinación de proteína, vitaminas, minerales y el gel que equilibra el azúcar en la sangre, trabajan todos juntos para asegurarse de que el cuerpo tenga energía constante.
• Fácil de consumir: Debido a su sabor neutro, puede ser un sustituto de la harina. Debido a que se convierten en gelatinosas en agua, las semillas de chía se pueden añadir a los jugos de frutas frescas, sopas y yogurt. También se añade con frecuencia a productos horneados como panes o galletas para fortificarlos. .
• Hidratante: Debido a que las semillas de chía absorben agua, comer antes de una carrera o sesión de ejercicios puede ayudar a retener el agua por más tiempo.
• Colesterol alto y presión arterial: Las semillas de chía son fuente de Omega-3, lo cual es bueno para el corazón y para reducir el colesterol. La Asociación Americana del Corazón recomienda que las personas que padecen cualquier problema del corazón, tengan en su dieta una variedad de alimentos ricos en ácidos grasos como el Omega-3.
• Obesidad: Ofrecen una sensación de saciedad que dura mucho tiempo y puede ayudar a reducir el hambre, por lo que se convierten en un aliado importante del tratamiento de la obesidad y pérdida de peso.
• Sistema Inmunológico: Debido a que las semillas de chía son ricas en antioxidantes pueden ser útiles para reforzar el sistema inmunológico y promueve la regeneración celular. De hecho, contienen más antioxidantes por porción que los arándanos frescos.
• La desintoxicación y eliminación de radicales: Al igual que las cáscaras de psilio, la acción de la semilla de la Chia ayudan a bajar la hinchazón en el cuerpo mientras limpia y calma el colon, absorbe las toxinas al mismo tiempo que ayuda a eliminarlas. Las semillas de chía son un remedio para el estreñimiento.