La relación entre el consumo de alimentos endulzados con azúcar y el Índice de Masa Corporal (IMC) es prácticamente nulo en niños y adolescentes.
Lo importante es educar al consumidor en cuanto a una elección más sensata de sus alimentos y motivarlos a practicar actividades físicas más intensas.
Un análisis publicado recientemente por la American Journal of Clinical Nutrition (Gaceta Americana de Nutrición Clínica), afirma que la relación entre el consumo de alimentos y bebidas endulzados con azúcar y el Índice de Masa Corporal (IMC) es prácticamente nulo en niños y adolescentes, es decir, el consumo diario de cada porción adicional (355 ml.) de una bebida endulzada con azúcar se encuentra relacionado con un minúsculo incremento de 0.017 unidades en el IMC, lo que en términos estadísticos resulta intrascendente.Este hallazgo adquiere relevancia al desmentir con más pruebas la creencia que por años se ha atribuido a las bebidas endulzadas con azúcar %u2013incluyendo a los refrescos- como causantes de la obesidad infantil. Los autores, observan que los niños y adolescentes con sobrepeso o en riesgo de tenerlo, deben identificar todas las fuentes de exceso de calorías y modificar su dieta, así como incrementar su actividad física. Concluyen que “la reducción del consumo de las bebidas endulzadas con azúcar puede, o no, tener otros beneficios, pero los resultados del análisis sugieren que el efecto en cuanto al peso es de cero, al considerar a toda la población de niños y adolescentes.”
El análisis fue revisado por críticos expertos en la materia y fue apoyado por la American Beverage Association (Asociación Americana de Bebidas). Los autores utilizaron diversos modelos estadísticos para analizar 10 estudios realizados con anterioridad a partir de 1996 y hasta 2006 con la participación de niños menores de diecinueve años. Basados en los resultados, recomiendan la asesoría y educación nutricional impartidas a los niños y adolescentes para comunicar claramente que las bebidas endulzadas con azúcar deben consumirse con moderación, y como parte de una dieta balanceada.
La obesidad es un problema de salud complejo que resulta de muchos factores conductuales y ambientales. El peso corporal aumenta siempre que el número de calorías consumidas excede el número de calorías utilizadas. Es aventurado culpar a un solo alimento o bebida por el exceso de calorías ingeridas, varios estudios han alertado sobre la importancia de educar a los consumidores en cuanto a una elección más sensata de sus alimentos y en motivar a las personas a practicar actividades físicas más intensas.