El abuso en su ingesta incrementa 40 por ciento la posibilidad de padecer obesidad; también se relacionan con 20 de cada 100 casos de anorexia.
Euforia, sensación de júbilo y bienestar, son algunos de los efectos que experimentan las personas que consumen bebidas energizantes; sin embargo, lo que sucede en su cuerpo es un estímulo al sistema nervioso central, que brinda vitalidad traducida en ausencia de sueño, muy diferente a la energía normal, alertan especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La doctora Guadalupe Elsa Pizano Romo, jefa de Nutrición y Dietética del Hospital General de Zona (HGZ) No. 26 Chilpancingo, comentó que debido a sus componentes (taurina y cafeína, principalmente), estos líquidos pueden producir daños irreversibles en riñón, corazón y sistema circulatorio, así como taquicardia, ansiedad, desesperación y sed, y pueden provocar daños aún mayores.
Mencionó que hasta 60 por ciento de los jóvenes, de entre 16 y 30 años de edad, son quienes más ingieren estos productos que, combinados con alcohol, incrementan dichos efectos y ocasionan malestares en las personas, por lo que acuden al médico para recibir tratamiento.
La especialista afirmó que estas bebidas también inhiben el apetito, por lo que tienen una estrecha relación con trastornos alimenticios como la anorexia.
Se calcula que 20 de cada 100 casos se asocian con su consumo, y aunque parezca contradictorio, precisó, también inciden, hasta 40 por ciento, en el riesgo de padecer obesidad, dados sus altos porcentajes de calorías, aunados a la mala alimentación y el sedentarismo de quienes las consumen.
Por su parte, el doctor Ulises Silva Cervantes, endocrinólogo del HGZ No. 24 del IMSS, explicó que regularmente la gente bebe energizantes cuando asiste a bares, fiestas o discotecas, con la finalidad de evitar el sueño. Sin embargo, las combinan con sustancias etílicas que provocan deshidratación, y al pasar el efecto, la persona presenta dolores de cabeza, hipertensión, dilatación de pupilas, vómito, hiperactividad y nerviosismo.
Ante la presencia de dichos síntomas, y en especial taquicardia, dijo Silva Hernández, se debe acudir al médico, se hayan o no combinado los energizantes con alcohol, puesto que la sangre se espesa y se forman coágulos que pueden derivar en infartos (renales o al miocardio), sin importar la edad de los consumidores.
De igual forma, la doctora Mónica Georgina Carrasco Contreras, jefa del Servicio de Urgencias del Hospital General Regional (HGR) No. 1 Carlos MacGregor Sánchez Navarro, agregó que el Seguro Social tiene la capacidad de hacer frente a este tipo de intoxicaciones, que se resuelven de acuerdo con la sintomatología que presenta cada paciente.
Precisó que, generalmente, el tratamiento que se brinda en el área de Urgencias consiste en hidratar a la persona y suministrarle fármacos que interrumpen el efecto de las sustancias ingeridas, siempre y cuando los síntomas no comprometan su vida.
En tal caso, el paciente debe ser hospitalizado para que urgenciólogos, cardiólogos, nefrólogos o internistas lo valoren y eviten que su salud se comprometa.
Por último, los especialistas del Seguro Social recomendaron no ingerir estas bebidas mezcladas con sustancias etílicas; no tomarlos en etapas como el embarazo y lactancia, para evitar daños neurológicos en el producto, y evitarlos si se padece diabetes o hipertensión.