El cáncer de mama es
una de las enfermedades más silenciosas y mortales que aqueja hoy
en día a las mujeres, claro sin excluir a los hombres, según las estadísticas
el porcentaje de varones que lo padecen es mucho menor en comparación
con el de ellas.
Este tipo de cáncer
es un crecimiento anormal y desordenado de las células de este tejido,
sin embargo la mayoría de los tumores que se producen en la mama son
benignos es decir no son cancerosos.
Los tumores benignos
están relacionados en su mayoría con factores genéticos. Los síntomas
que producen son dolor e inflamación pero no se esparcen al resto del
organismo ni son peligrosos. Lo contrario de los tumores malignos,
de los cuales existen varios tipos dependiendo del lugar de la mama
donde se produzcan y se extiendan.
Existen diversos tipos
de cáncer de mama esto se determina de acuerdo al lugar de la
mama donde se detecte el cáncer y para poder clasificar y determinar
cuál es su tipo se consideran tres factores importantes: el tamaño
del tumor, estado ganglionar y metástasis.
Aunque aún no se conoce
la causa del origen de este padecimiento hay factores que pueden aumentar
el riesgo como lo son la herencia, pubertad temprana, embarazo tardío,
obesidad y factores relacionados con el estilo de vida como, el consumo
excesivo de alcohol y tabaquismo y uno de los mayores riesgos es la
edad, ya que la mayoría de los canceres de mama se da en mujeres de
entre 50 y 60 años.
Por ello su detección
temprana es sumamente importante para que el cáncer no se desarrolle
y lograr combatirlo con un tratamiento adecuado que acabe finalmente
con esta enfermedad.
Con el paso de los años
y los avances científicos hoy en día existen tratamientos muy
eficaces para luchar y terminar con esta terrible enfermedad, entre
los principales se encuentran la radioterapia, la quimioterapia y la
cirugía aunque estos son muy dolorosos y causan efectos secundarios,
son realmente esenciales para la cura del cáncer de mama.