México ocupa el segundo lugar en el mundo en padecimientos crónicos derivados de las complicaciones que se presentan cuando los trastornos del sueño no son atendidos con oportunidad por un especialistas y esto ocasiona afecciones graves, principalmente entre la población con sobre peso y obesidad.
La doctora María Dolores Ochoa Vázquez, coordinadora de la Clínica del Sueño del Servicio de Neumología del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, informó que de cada 10 pacientes que presentan alguna complicación del sueño y que son recibidos en esta área, ocho tienen obesidad.
La clínica, brinda atención a los derechohabientes que presentan problemas del sueño, ocasionados por padecimientos en el sistema respiratorio, como la apnea-hipopnea o hipoventilación, que afecta principalmente a niños en edad preescolar y adultos económicamente activos con problemas de peso, señaló Ochoa Vázquez.
Explicó que esta enfermedad, se origina en episodios repetidos de obstrucción o colapso de la vía aérea superior; en consecuencia, el aire que ingresa es menor. Esto impide tener un sueño reparador y genera cansancio, distracción, dormitar con frecuencia e impide recordar las actividades que se deben realizar; incluso se corre el riesgo de sufrir un accidente de trabajo que comprometa la vida.
Agregó la especialista que esto puede traer consecuencias graves como hipertensión, trastornos en el metabolismo de la glucosa e incremento de glóbulos rojos, lo que podría resultar en la formación de coágulos, y por ende, una trombosis, infartos al miocardio, obstrucción de arterias pulmonares (tromboembolia pulmonar) y hasta muerte súbita.
En la Clínica del Sueño se practican distintos estudios como el registro de la calidad del sueño, el número de veces que se despierta el paciente, la cantidad de horas que durmió y qué tan severas fueron la disminución en la oxigenación o arritmia, para calificar la severidad del problema.
Detalló que se realizan diversos exámenes, como radiografía del tórax y biometría hemática, para detectar complicaciones en glóbulos rojos, así como un electrocardiograma que ayude a definir alguna evidencia de trastorno cardíaco secundario al problema del sueño.
Además, se realizan pruebas de función respiratoria que definen la existencia de alguna enfermedad neumológica que contribuya a la afección del sueño, y finalmente se debe contar con la historia clínica del paciente, para dar un diagnóstico correcto de un trastorno del sueño ocasionado por afectaciones en el sistema respiratorio.