De las articulaciones más afectadas, la lesión de cadera ocupa el segundo sitio entre los mexicanos. Sus causas son sobrepeso, obesidad y realizar actividad física inadecuada, incluyendo cargas pesadas. Además, conforme trascurre la edad, la cadera sufre un desgaste natural.
Cuando la cadera -la articulación que une la parte superior redonda del hueso de la pierna con la superficie cóncava de la pelvis- comienza a deteriorarse, inicia un dolor constante que parte de la ingle y se irradia por el frente del muslo hacia la rodilla, padecimiento que puede restringir la mayoría de las actividades físicas y, en ocasiones, impide hasta el dormir.
La mayoría de los padecimientos de cadera son por desgaste del cartílago , afirmó la doctora María Magdalena Gil Fuentes, especialista en Rehabilitación de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Sur del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Agregó que otras causas están relacionadas con los procesos inflamatorios, producto de artritis reumatoide que destruyen los cartílagos; y artrosis postraumática, resultado de fracturas o luxaciones de cadera en niños de cualquier edad.
El desarrollo de artrosis de cadera puede deberse también a una infección de origen bacteriano; en los niños de cinco a 10 años la causa principal es la enfermedad de Legg Calve Perthes (falta de irrigación sanguínea en la articulación), y en los de 10 a 16 años los causales son por deslizamientos epifisiarios (deslizamiento de la cabeza de la articulación).
Datos del IMSS dan cuenta de que, en México, de las articulaciones más afectadas, la lesión de cadera ocupa el segundo sitio, después de la rodilla, incrementada por factores de riesgo como son: el sobrepeso, la obesidad y el realizar actividad física inadecuada, incluyendo las cargas pesadas, ya que obligan a un esfuerzo mayor de la articulación.
La mayoría de las personas, continuó la especialista del IMSS, sufre desgaste en la cadera conforme transcurre su vida. Los datos estadísticos para el mundo occidental señalan que 60 por ciento de los adultos mayores de 60 años refieren datos de artrosis, que llegando a la octava década de vida, del 80 al 90 por ciento de las personas la desarrollará.
El diagnóstico se realiza con base en el cuadro clínico que presenta el paciente y a los datos radiológicos de esta degeneración ósea, que se divide en cuatro grados: el 1 muestra una disminución de espacio; el 2 marca en la radiografía una línea gruesa que se encuentra en los márgenes del hueso; el 3 ya presenta osteofitos o excreciones óseas (un pequeño bulto redondo de hueso que crece alrededor de las articulaciones), y el grado 4, presenta neoformaciones o quistes en el hueso, producto del desgaste debido a la edad o a una lesión.
El tratamiento, especificó la doctora Gil Fuentes, depende del grado de daño en la articulación que presenta el paciente. En el Instituto Mexicano del Seguro Social el tratamiento no quirúrgico es la primera opción en la mayoría de los casos, que incluye analgésicos y fisioterapia. Esta última consta de aplicación de calor y ejercicios, con lo que se busca disminuir el dolor y fortalecer los músculos de la región para mejorar la función.
Sin embargo, en casi todos los casos la artrosis continúa su avance, ocasionando gran destrucción ósea y volviéndose incapacitante, situación que lleva al procedimiento quirúrgico denominado artroplastía (reemplazo) de cadera.
Como medidas de prevención, la doctora Gil Fuentes sugirió mejorar la calidad de vida con una alimentación sana, corregir el sobrepeso, realizar ejercicio con regularidad (sin sobreesfuerzo), no levantar objetos pesados y procurar la higiene postural, es decir, corregir malas posturas al caminar, sentarse, agacharse o para dormir.