Seguro los has visto y comido, son aquellos que tienen menos de 50 por ciento de agua. Son energéticos, ricos en grasas, en fibra y en proteínas.
Una de las ventajas de comer estos alimentos es que requieren de poca preparación y pueden comerse enteros, picados, molidos, al natural, tostados, con poca sal, como guarnición y de muchísimas formas más.
Sin embrago, no es recomendable ingerir frutos secos en exceso, pero si se consumen de manera moderada son muy benéficos para el organismo, evitan la aparición de enfermedades intestinales, brindan vitaminas C, E y B, fósforo, potasio, calcio, cobre, hierro y selenio, evitando así las enfermedades degenerativas.
Las personas que comen frutos secos cinco o más veces por semana tienen la posibilidad de reducir en un 50% el riesgo de padecer enfermedades del corazón, en comparación con quienes no los consumen, ya que disminuyen la concentración de colesterol en la sangre.
Los más comunes son: las almendras, las avellanas, los cacahuates, las castañas, el coco, las nueces, los piñones y los pistaches. Encuentra la forma de agregarlos a tu dieta.
Algunos frutos secos pueden producir alergias y efectos secundarios como: dolor de vientre, diarrea, cambio en la voz, cosquilleo en el paladar o garganta o nauseas. Si notas alguno de estos síntomas, acude de inmediato al médico.
Los frutos secos no son recomendables para las personas que tienen problemas de hipertensión arterial, obesidad o que lleven una dieta especial. Por eso antes de incluirlos en tu dieta, consulta a un especialista para que te diga en qué cantidad son recomendables para ti.
Cómo comerlos
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No se pueden consumir tiernos porque se corre el riesgo de que contengan sustancias tóxicas
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Revisar que no tengan moho (cambios en la coloración- hongo)
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Los frutos no deben de estar exageradamente secos, deben de tener un color normal
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Se deben de guardar en recipientes adecuados, en lugares secos y ventilados
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Se deben consumir preferentemente crudos, previamente remojados en agua durante diez minutos
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Se debe evitar que estén tostados, ya que esto modifica las estructuras de los ácidos grasos y destruyen las vitaminas que contienen los frutos
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Salarlos en exceso es perjudicial, porque la cantidad de sal sobrecarga los riñones y acarrea graves consecuencias para los hipertensos
Por todo esto, pregúntale a tu médico de qué manera y en qué cantidad es conveniente que los incluyas en tu dieta, tendrás una rica experiencia.