En Washington, una escuela elemental decidió inaugurar un programa para proveer a sus estudiantes con la cultura de comida saludable.
En una clase de tercero de primaria de la escuela E.W. Stokes, niños de ocho y nueve años aprenden los conceptos básicos de matemáticas, por ejemplo como crear combinaciones, utilizando espinacas y berenjenas.
%u201CIncorporamos comida en diferentes clases de mezclas%u201D, dice la profesora Hannah Chen. %u201CAsí, como en una pizza, ellos tienen dos clases de aditivos, los niños pueden aprender a sumar combinando los alimentos%u201D.
Este currículo que integra alimentos y temas de comida dentro de las clases de inglés y matemáticas, fue diseñado en colaboración con Seeding Projects, una organización sin ánimo de lucro que trabaja con el medio ambiente y está ubicada en San Francisco.
El programa se llama De la finca al escritorio. %u201CLo que verdaderamente estamos haciendo es hablar sobre la obesidad infantil%u201D, indica Peter Nalli, director de currículos de De la finca al escritorio.
%u201CUno de nuestros principales componentes es la idea de que si los niños son expuestos a mensajes positivos y saludables sobre comida durante el día escolar, hay más potencial de tener un impacto y provocar cambio a largo plazo%u201D, dijo Nalli.
Los niños en esta escuela ahora prestan mayor atención a leer los niveles nutricionales en los paquetes de sus comidas y leen cuanta azúcar trae cada cosa. De la finca al escritorio ha establecido una colaboración tan positiva con niños de tercero, que la escuela planea extender el programa a otras clases el próximo año.