Demandan recursos para programa nacional de acceso a agua potable en escuelas

LaSalud.mx.- Ciudad de México- La Alianza por la Salud Alimentaria hace un llamado al Legislativo a cumplir su palabra y asignar los recursos suficientes para la prevención de la obesidad y la diabetes y para la instalación de bebederos y dispensarios de agua en todas las escuelas con las acciones complementarias para lograr una verdadera cultura del agua entre los escolares.

En dos ocasiones el legislativo ha establecido la necesidad de asignar el equivalente a lo recaudado por el impuesto al refresco a la prevención de la obesidad y el sobrepeso. Se estima que esta cantidad llegue en 2014 aproximadamente a 12 mil 400 millones y en 2015 a 18 mil 271 millones, sin embargo la inversión propuesta por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en este rubro es de solamente 330 millones de pesos en 2015, cuando la estimación es que el costo anual de la obesidad ascendió a 80 mil millones de pesos desde 2012.

En el mismo sentido, lo propuesto para ser asignado a bebederos/dispensarios de agua en las escuelas para 2015 es una décima parte de lo que la Cámara de Diputados estimó debe ser invertido.

Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor declaró “El monto derivado de la recaudación por concepto del impuesto especial a las bebidas azucaradas y a los alimentos de alta densidad calórica podría ser suficiente para dotar de bebederos a las escuelas públicas de educación básica de todo el país. Sin embargo, el monto asignado dentro del Paquete Económico 2015 es de mil 360 millones 87 mil 240 pesos, faltarían más de 2 mil 186 millones de pesos sólo para cubrir la inversión del primero de tres años. A ese ritmo, nos tardaríamos de 12 a 15 años en cumplir con la meta, mientras que el objetivo es que estén instalados tres años que es el plazo que marca la Ley General de la Infraestructura Física Educativa para la instalación obligatoria de bebederos”.

Además, dentro del presupuesto para la prevención de la obesidad y la diabetes debe considerarse el monitoreo de la regulación de alimentos y bebidas en las escuelas, las campañas públicas de orientación a la comunidad escolar sobre criterios establecidos para los planteles escolares, las campañas públicas de educación alimentaria que revaloricen los alimentos naturales de la dieta mesoamericana, la participación en programas multisectoriales para el abasto de alimentos saludables en las comunidades más marginadas, entre otras medidas.

Para garantizar que la infraestructura tenga calidad, seguridad, funcionalidad, oportunidad, equidad, sustentabilidad, pertinencia y oferta suficiente y de calidad de agua potable para consumo humano como lo indica la Ley General de la Infraestructura Física Educativa en su artículo 7, la Alianza señala que hace falta que se constituya un programa nacional que requiere:

1)    Garantizar el abasto de agua en todas las escuelas tanto para beber como para las infraestructuras sanitarias e higiénicas

2)    Realizar diagnósticos que permitan identificar las características y necesidades específicas de cada plantel incluyendo el origen del agua

3)    Adquirir los bebederos y el material necesario para su instalación

4)    Sensibilizar a la comunidad escolar y fomentar su participación y formación en el tema de salud y nutrición

5)    Garantizar el pago del servicio, de acuerdo al orden de gobierno al que pertenezca el plantel

6)    Monitorear la calidad del agua y el uso de los bebederos, accesible a comunidad escolar

7)    Establecer un programa de mantenimiento de la infraestructura que incluya la respectiva asignación de recursos para llevarla a cabo.

Es importante resaltar que la estimación realizada por el Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados para la instalación de los bebederos/dispensarios de agua en todas las escuelas no consideró las escuelas con menos de 100 alumnos ni las 6 mil 480 escuelas que no disponen de acceso a agua y que requieren una mayor inversión.

Nathalie Seguin de la Red Nacional de Acción por el Agua (FANMex): “Dado que el tipo de abastecimiento es distinto en las 200 mil escuelas restantes por su lejanía, para cumplir con el derecho humano al agua es importante contar con un diagnóstico en el que se identifiquen las formas de suministro, la calidad del agua y la infraestructura adecuada para la potabilización y la instalación de bebederos u otra forma de acceso al agua potable. La selección y la garantía de la fuente de agua, así como la tecnología por adquirir y su instalación dependerá entonces de dichos resultados.”

El uso adecuado de los bebederos como la percepción que la comunidad escolar tenga de estos es pieza clave para sustentar este programa, en ese sentido Ron Sawyer de Sarar-Transformación agregó “La sensibilización de la comunidad escolar y el monitoreo deben estar acompañados por actividades periódicas de mantenimiento que garantice la calidad y seguridad del agua a corto, mediano y largo plazo, incluyendo un presupuesto asignado, ya que sin ello se vulnera la sostenibilidad del proyecto”

Lo que se busca es volver a una cultura de hidratación con agua simple por lo que es fundamental hacer efectiva la prohibición de la publicidad dirigida a la infancia dentro de las escuelas por parte de las refresqueras. 

Por su parte Alma Meneses de la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM) declaró “El artículo 24 de la Convención obliga al gobierno mexicano a garantizar el más alto nivel de salud para niñas, niños y adolescentes, y señala que para poder cumplir con esta obligación, el Estado debe de combatir la malnutrición desde la atención primaria de los infantes, entre otras cosas, mediante la aplicación de la tecnología disponible y el suministro de alimentos nutritivos adecuados y agua potable salubre. Asimismo la Convención establece que se debe garantizar que todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres y los niños, conozcan los principios básicos de la salud”.

La evidencia muestra que incrementar la disponibilidad de agua al mismo tiempo que se promueve una cultura del agua, resulta en un mayor consumo. Por ejemplo, un estudio realizado en escuelas primarias de la Ciudad de México mostró que en los planteles donde se les provisionó de agua, niños y niñas aumentaron en 38% su consumo durante la jornada escolar además de que el consumo de bebidas azucaradas disminuyó 437 ml en promedio después de un periodo de 3 meses.  También se ha visto que los estudiantes tienen un mejor aprovechamiento escolar cuando están bien hidratados, lo cual favorece indudablemente a la infancia.

 

Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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