México D F., (Redacción LaSalud.com.mx).- Los índices de mortalidad en México por desnutrición han bajado sus números, pero el aumento de anemia, baja talla, y mala nutrición por excesos o déficit de micronutrimentos, es un problema que trae como consecuencia enfermedades crónico-degenerativas de alto costo para la salud de los mexicanos.
Datos oficiales informaron que el porcentaje de talla baja en niños menores de cinco años es de 17.8 y la de anemia de 27.2 En las zonas urbanas es de 11% y 26% corresponde a la zona rural. Además, el porcentaje de personas con sobrepeso u obesidad rebasa el 5 por ciento.
La mala nutrición, tanto por deficiencia como por exceso de comida es un problema de salud pública que no se soluciona con el reparto sistemático de alimentos, sino con acciones que permitan modificar su curso epidemiológico; esto es, reforzar la promoción de la salud mediante esquemas para prevenir y limitar el daño.
La elevada presencia de desnutrición infantil en las zonas rurales y el acelerado aumento en las áreas urbanas muestran el poco o nulo éxito de los programas existentes de salud pública, asistencia social alimentaria y educación nutricional.
Tan sólo de 1988 a 1999, la desnutrición infantil ha disminuido de 14.1 a 7.5 por ciento, aunque simultáneamente el desmedro (deficiencia en el crecimiento longitudinal) y la anemia siguen causando estragos en las familias más pobres, y existen 31 millones de mexicanos en edad adulta que sufren de obesidad y sobrepeso, de los cuales más de 10 millones son mujeres en edad reproductiva, según datos de la Encuesta Nacional de Nutrición.
Por eso, no es aventurado suponer que en un futuro cercano la prevalencia y mortalidad por estas causas se disparen entre los mexicanos, con un considerable aumento de casos en niños y adolescentes.
Frente a ello, se requiere implantar estrategias nacionales tendientes a modificar estilos de vida que no favorezcan el sobrepeso y la obesidad. En ese sentido, se ha creado un programa piloto en escuelas de educación básica para promover la actividad física aeróbica (por lo menos 30 minutos diarios), así como dietas saludables y equilibradas.
También, se habla de programas para que los médicos estén técnicamente mejor capacitados en la identificación y diagnóstico temprano de factores de riesgo y enfermedades asociadas con la comida, pues estudios recientes indican que contar con una medida de cintura igual o superior a 90 centímetros amplía las posibilidades de desarrollar, tanto en hombres como en mujeres, diabetes tipo 2 e hipertensión arterial.