En el embarazo se recomienda que la mujer con sobrepeso suba entre 7 y 11.5 kilos; con obesidad, sólo 7 kilos.
Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que en nuestro país el 50 por ciento de las mujeres embarazadas sufren de sobrepeso y obesidad, factor determinante para el desarrollo de enfermedades graves como diabetes e hipertensión que ponen en riesgo la vida de la madre y del bebé.
Estudios epidemiológicos realizados en nuestro país, demuestran que, a partir de 2007, México pasó a ser el país con mayor índice de sobrepeso y obesidad en el mundo; el 70 por ciento de la población sufre alguna de estas patologías, enfermedades que representan un problema de salud pública.
El doctor Edgardo Rafael Puello Támara, del Hospital de Gineco Obstetricia número 3 del Centro Médico Nacional La Raza (CMN), destacó que algunos factores como el peso del bebé, la placenta y el necesario incremento de grasa corporal durante este periodo, pueden influir a que la futura mamá aumente de peso.
La obesidad de la gestante, previa al embarazo o adquirida durante este periodo, debe considerarse siempre como un factor de riesgo para la madre, el feto y el recién nacido.
El coordinador de nutrición y dietética de la delegación sur del IMSS, Edgar Garduño Limón subrayó que durante el embarazo es recomendable que la mujer suba entre 9 y 12 kilos, durante todo el embarazo, sin embargo, cuando se diagnostica sobrepeso, esto es, que su Índice de Masa Corporal (IMC) se encuentre entre 26 y 29 unidades, únicamente debe subir entre 7 y 11.5 kilos y con obesidad, sólo 7 kilos.
El gineco-obstetra dijo que durante el primer trimestre, los bebés de estas mujeres, tienen mayor riesgo de tener malformaciones congénitas sobre todo en el sistema nervioso central, renal, abdominal, cardiovascular e intestinal y de aborto espontáneo.
Los riesgos que con mayor frecuencia se observan en las pacientes obesas durante el embarazo son diabetes mellitus e hipertensión gestacional, preclampsia, eclampisa, existe un mayor riesgo de que el bebé muera en útero, elevación de los niveles de colesterol y triglicéridos, todo esto ocasionando un parto prematuro.
El jefe de la división de Obstetricia de La Raza señaló que en la paciente obesa sube la incidencia de cesárea y el trabajo de parto es más difícil y prolongado. Al término del embarazo hay mayor riesgo de infección en la herida quirúrgica, endouterina, tromboembolias, formación de coágulos en las venas, sobre todo en piernas y pies. También se afecta el endometrio, colon, vesícula, mama y ovarios, ya que a nivel celular el tejido adiposo sufre un cambio que desencadena cáncer.
Debido al exceso de peso, estas mujeres presentarán complicaciones en las articulaciones, como osteoartrosis, lesiones recurrentes en rodillas, lumbalgias y, a nivel respiratorio, habrá una disminución en el volumen total de aire que los pulmones son capaces de contener y dificultad para respirar y exhalar.
El nutriólogo Garduño Limón enfatizó que una dieta balanceada y nutritiva, si bien es primordial a lo largo de la vida de las personas, lo es muy especialmente durante la etapa de las futuras mamás.
Finalmente, los especialistas recomendaron que una estrecha comunicación con paciente médico y nutricionista, aunado a ejercicio físico que ayudará a mejorar la condición cardiovascular y muscular para un aumento excesivo de peso, lo que proporcionará una mejor condición física general y menor riesgo en al enfrentarse al trabajo del embarazo y parto con menos riesgo.
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