Es urgente cambiar nuestra mentalidad alimenticia y poner un freno al desequilibrio nutricional que se vive tanto en nuestro país como en otras partes del mundo, pues a pesar de que las cifras nos muestran un aumento cada vez más acelerado de niños con obesidad, también hay las que nos reflejan otra realidad: no se necesita ver un niño flaco para tener la certeza de que está desnutrido, pues también los que se caracterizan por su sobrepeso son ejemplo de una desinformación generacional relacionada con la forma de comer.
De acuerdo con diversos datos de los estudios nutricionales en nuestro país, cuatro de cada nueve niños está desnutrido, y de éstos, el mayor porcentaje está compuesto por niños con obesidad o sobrepeso, lo cual es un indicativo de que la forma en que se están alimentando no es la adecuada, sólo es un signo de alerta referente a que esta condición va creciendo a niveles alarmantes y que si no se hace algo, pude acabar con una niñez sana.
No obstante, aquí no vamos a remitir soluciones, simplemente a hablar de un alimento con 100 por ciento nutritivo y con grandes ventajas ante su consumo: el amaranto, que puede ser un buen aliado de la alimentación no sólo de los niños, sino también de los adultos, principalmente de las mujeres embarazadas.
Cabe destacar que un grano de amaranto nos puede proporcionar nutrientes que pudiéramos encontrar en alimentos distintos, por lo cual, un 16 por ciento es de pura proteína, tiene una buena proporción de lisina de aproximadamente un 16.5%, que es un aminoácido que se puede encontrar con dificultad en otros cereales y que también es componente de la leche de vaca, aunque no en la misma cantidad; asimismo, nos puede brindar calorías, carbohidratos, sales minerales y fibras, así como fósforo, potasio, calcio y magnesio, pero lo más importante: es bajo en grasa.
Además, es un grano altamente digerible por su alto contenido en fibra, suficiente para nuestro cuerpo, no obstante, sus propiedades ahí no terminan, pues aparte de no contener tanta grasa es bajo en colesterol, por lo que también es recomendado por los médicos como parte de la base nutricional de los niños, ya que estimula es desarrollo de las células del cerebro y el crecimiento físico en buenas condiciones.
Es un alimento rico en todos los sentidos, comúnmente llamado “alegría”, por lo cual también ha dado pie a que se estudie a profundidad para conocer sus propiedades curativas, de este modo ya es aplicado en dolores de garganta, en irritaciones bucales, en malestares asociados con la diarrea, pero si se ingiere, en enfermedades como las hemorragias intestinales o la disentería es muy benéfico, aunque las mujeres pueden verse agradecidas cuando se le come para frenar una menstruación abundante.
Hasta el momento las investigaciones médicas y científicas continúan, ya que una vez detectado tanto aporte en un pequeño grano de amaranto se le han atribuido propiedades para elaborar alimentos para diabéticos y enfermos de cáncer. Tanta es la importancia atribuida al amaranto que ya asociaciones están apostando por la recuperación de la planta de amaranto, que cada vez es más difícil de encontrar.
Afortunadamente, con el paso del tiempo el ser humano ha dado la importancia merecida a este alimento, por sus propiedades curativas como nutricionales, así que es una buena opción para comenzar a alimentar y nutrir nuestro organismo como se debe.
No se trata de un comercial con el fin de consumir puro amaranto, pero sí para que los padres se percaten de la relevancia que tiene la forma en que sus hijos comen, porque si todo se basa en pura comida chatarra, además de tener hijos obesos, les desencadenamos baja inmunidad y un mal funcionamiento.
Entonces, acostumbrar al organismo a ingerir amaranto en vez de una rutinaria bolsa de churritos o papas fritas, sería un buen comienzo para tener buena salud y una mejor calidad de vida, sobre todo para los niños, quienes aún no han terminado su fase de desarrollo integral.