De todas las informaciones publicadas recientemente sobre salud, quizás una de las más sorprendentes ha sido la que ha revelado que quienes consumen refrescos de dieta tienden a aumentar más de peso que quienes prefieren las presentaciones regulares.
Durante ocho años, un equipo del Centro de Ciencias de la Salud de San Antonio, Texas, evaluó el consumo de bebidas gaseosas de 1.550 personas. ¿Qué encontró? %u201CQue entre quienes tenían un índice de masa corporal normal al comienzo del estudio, pero que habían tomado gaseosas dietéticas durante los ocho años que fueron evaluadas, la incidencia de sobrepeso y obesidad fue mayor que entre las que prefirieron las gaseosas comunes%u201D.
Varias razones se dieron para explicar este sorpresivo resultado. Una de ellas, es que es posible que las personas que prefieran alimentos dietéticos tengan en su familia un historial de obesidad %u2014las haría más propensas a padecer esta enfermedad%u2014, pero hay muchas más. Según los investigadores, quienes beben refrescos light no toman ni agua ni jugos ni leche, que son bebidas con menos calorías %u2014y mucho más saludables%u2014, y tienden a excederse en el consumo de alimentos y postres hipercalóricos.
Piensan, aseguran los expertos, que como ya ahorraron calorías al preferir un refresco de dieta, pueden comer un poquito más de su dulce preferido.