Un estudio realizado por Rosalía Vázquez Arévalo, investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, apunta que el trastorno por atracón es más común que la anorexia y la bulimia nerviosa.
Vázquez Arévalo asegura que “si una persona no está a gusto con su figura corporal puede corregirla con el uso, por ejemplo, de ropa holgada, pero hay quien desarrolla otro tipo de conductas, como restringir los alimentos hasta llegar al ayuno o, en casos extremos, tomar purgantes, laxantes, diuréticos o píldoras para adelgazar e incluso provocarse el vómito”.
Todos poseen una imagen corporal que podría ser la representación que se tiene de uno mismo y de los sentimientos o actitudes propias, pero si esa percepción y valoración no son favorables, se podrían poner en práctica varias conductas para modificarla.
El estudio realizado encontró que 80% de las mujeres desean un peso por debajo del que tienen; en cambio, los hombres están divididos entre los que quieren bajar de peso porque tienen sobrepeso u obesidad, y los que quieren aumentar su masa muscular por ser muy delgados.
Si alguien preguntara qué nos desagrada de nosotros, seguramente entre 80 y 90% contestaríamos que algo de nuestra figura.
Esta actitud, conocida como malestar corporal, es normal, porque la mayoría de las personas no se ve afectada por ella en su vida cotidiana, ni emprende acciones dañinas para modificar su silueta.
Si se presenta la llamada insatisfacción corporal, que sería el siguiente nivel, la gente empieza a tener conductas nocivas para la salud, como dejar de asistir a reuniones sociales, someterse a dietas rigurosas sin supervisión médica, auto provocarse vómitos, usar laxantes o purgantes.
El problema es que a veces la gente confunde los dos niveles anteriores. De acuerdo con una encuesta, 80% de los estudiantes de un plantel educativo tenía insatisfacción corporal, aunque manifestaron malestar corporal.
“Trabajamos para hacer esta diferenciación, porque afirmar que 80% ciento de los estudiantes encuestados está en riesgo de sufrir un trastorno del comportamiento alimentario es incorrecto.
A la gente le gustaría cambiar algo de su cuerpo, pero ello no implica una actitud patológica”, apuntó la investigadora.
Estudios realizados en México y el extranjero han demostrado que la insatisfacción corporal es el mejor predictor de un trastorno del comportamiento alimentario.
Del 80% de la población que le gustaría cambiar algo de su cuerpo, se sabe que 10 ó 15% se han sometido a dietas rigurosas u otras conductas nocivas.
Es importante aclarar que el sobrepeso es diferente de la obesidad. Aparece si una persona presenta entre cinco y 10% más de su peso corporal ideal, según su estatura, edad y actividad física.
“No es tan nocivo para la salud, incluso está asociado a una mayor longevidad, porque cuando una persona con sobrepeso enferma seriamente su organismo cuenta con reservas para soportar el padecimiento, comentó Vázquez Arévalo.
En cuanto a la obesidad, según la Organización Mundial de la Salud no es un trastorno del comportamiento alimentario, sino un problema grave de salud, porque se relaciona con enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, que derivar en la muerte.
Trastorno por atracón
Los trastornos del comportamiento alimentario suelen dividirse en específicos, como la anorexia y la bulimia nerviosas, y en no específicos, como el llamado trastorno por atracón. Éstos últimos presentan una problemática clínica relevante, pero no llegan a tener la gravedad de los primeros.
El trastorno por atracón, actualmente sometido a investigación, refiere a la obesidad, cuyo origen es psicológico; es decir, no se come por hambre, sino por problemas emocionales. Es más común que la anorexia y la bulimia nerviosas (por cada tres casos de mujeres hay dos de hombres), y quien lo padece puede consumir de mil 500 a cuatro mil 500 calorías en un solo atracón.
Para que a una persona se le diagnostique este trastorno debe contabilizar al menos dos episodios de atracón por semana durante seis meses.