Se desconocen las causas exactas del cáncer de mama. No existe una explicación de por qué unas mujeres lo padecen y otras no, pero sí se sabe que hay ciertos factores de riesgo que lo favorecen. La detección temprana y oportuna es la clave de la supervivencia de las mujeres que lo padecen; de ahí la importancia de conocer cuáles son los factores de riesgo y los principales exámenes para su detección.
Los principales factores de riego son: presencia de cáncer de mama en algún familiar en línea directa, primera menstruación antes de los 12 años, nunca haberse embarazado, tener el primer hijo a edad avanzada (después de los 35 años), no haber lactado nunca, menopausia tardía después de los 52 años, haber tomado terapia hormonal por más de cinco años, tejido mamario denso o graso, haber recibido radiaciones en mama, presentar obesidad y sobrepeso, el sedentarismo y la ingesta de bebidas alcohólicas.
Por lo anterior, el Instituto Carlos Slim de la Salud, en su portal www.clikisalud.info, en el apartado %u201CA veces sucede%u201D, brinda información de interés sobre su detección temprana; aconseja realizar una autoexploración mensual, acudir a revisión clínica mamaria anual, realizar una mastografía cada uno o dos años a partir de los 40 años de edad, y anualmente a partir de los 50 años de edad, ya que las probabilidades de padecer cáncer de mama aumentan conforme la mujer envejece.
La autoexploración de mama es fundamental en todas las etapas de vida de la mujer, ya que las mamas sufren cambios debido a la edad, en el ciclo menstrual, durante el embarazo, por el uso de anticonceptivos y por la menopausia.
La autoexploración debe hacerse en dos fases fundamentales:
La primera es la OBSERVACIÓN Ó INSPECCIÓN. Ante el espejo, con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo o en la cintura, examinar las mamas atentamente y observar que sean simétricas, de igual tamaño y forma similar; que no presenten retracciones ni coloraciones diferentes; que los pezones no estén retraídos; que no haya salida de fluidos por el pezón (excepto durante la lactancia), que la piel sea lisa, sin asperezas ni rugosidades. Repetir la observación con los brazos sobre la nuca.
La segunda etapa es la PALPACIÓN. Para proceder a la palpación, imaginar que la mama está dividida en 4 partes. De pie con una mano en la nuca, palpar cada uno de los cuadrantes con los dedos de la otra mano (la mama derecha con la mano izquierda y viceversa). Explorar en el sentido de las agujas del reloj, vertical ascendente o descendente, radial hacia la areola. Revisar también las axilas y la región superior de las clavículas, buscando nódulos o %u201Cbolitas%u201D. Se deberá repetir esta revisión acostada.
La autoexploración debe realizarse idealmente cada mes, entre el séptimo y el décimo día de haberse iniciado la menstruación. Las mujeres que ya no menstrúan deberán elegir un día fijo al mes para efectuarla.