Más de seis millones de mexicanos padecen algún grado de disfunción eréctil (DE); pero por diversas razones, como desconocimiento del tema y pudor, sólo el 16 por ciento se somete a tratamiento, no obstante que este problema de salud puede superarse con vigilancia médica adecuada.
Este padecimiento se presenta con mayor frecuencia a partir de los 45 años, aunque con el paso de los años aumenta la incidencia, dijo el doctor Juan Marcos López Ramírez, urólogo.
El especialista explicó que también existen otros grupos poblacionales afectados con este problema, ya que se ha detectado que hombres jóvenes, de entre 25 y 30 años de edad, presentan disfunción eréctil, que es la incapacidad de mantener la erección para poder tener una relación sexual satisfactoria.
Sin embargo, la sexualidad no tiene fecha de caducidad, por lo que este padecimiento no es necesariamente una parte inevitable del proceso de envejecimiento masculino.
En el 70 por ciento de los casos la disfunción eréctil, a la que por error se le confunde con impotencia, está asociada con otras enfermedades crónicas, como la obesidad y sobrepeso, que padece 66.7 por ciento de los mexicanos, el tabaquismo (39,1 por ciento), la hipertensión (20,1 por ciento), altos niveles de colesterol (20 por ciento), depresiones (11 por ciento) y diabetes (6.5 por ciento), según la Encuesta Nacional de Salud de 2006.
Sus causas, señaló el especialista del Seguro Social, se pueden dividir en dos grupos: las de origen orgánico y las de trastornos psicológicos.
El primero es el caso de los pacientes diabéticos, hipertensos, con dislipidemia (colesterol alto), que hayan sufrido algún traumatismo a nivel de columna, que presenten trastornos hormonales o bien respuesta negativa a alguno de los medicamentos utilizados en estas enfermedades.
Al segundo grupo corresponden los trastornos psicológicos: estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima y el miedo a no desempeñarse en el coito como se espera. Se estima que estos factores causan del 10 al 20 por ciento de los casos de disfunción eréctil.
El especialista recomendó que antes de iniciar cualquier tratamiento es importante determinar la causa del malestar, ya que si el paciente presenta diabetes, hipertensión o colesterol alto, tendrá primero que atender esta situación.
Además, destacó la necesidad de cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud, principalmente de las arterias y venas: no fumar, moderar el consumo de alcohol, no consumir sustancias adictivas, hacer ejercicio diariamente, llevar una dieta sana baja en grasas y, aprender a relajarse.