La propuesta tiene el objetivo de impulsar la calidad en la atención médica y hacer evidentes las necesidades de los pacientes con problemas renales, trasplantados y en espera de trasplante.
Teniendo como marco el Día Mundial de Riñón y con la presencia de Dra. Mercedes Juan López, Secretaria de Salud, el Dr. Gabriel O’Shea Cuevas, Comisionado Nacional de Protección Social en Salud (Seguro Popular) y el Mtro. Mikel Arriola, Titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios; organizaciones de la sociedad civil entre las que destacan Asociación ALE, Solo por Ayudar y el Instituto Carlos Slim para la Salud, presentaron este jueves una propuesta de política pública dirigida a sentar las bases para resolver las necesidades en materia de salud de los pacientes con falla renal, insuficiencia renal crónica, trasplantados y aquellos en espera de trasplante.
De acuerdo a cifras del Hospital General de México y Secretaria de Salud, se calcula que más de 9 millones de personas en México padecen algún grado de Insuficiencia Renal Crónica, de los cuales más del 70% son personas con diabetes. Por esta razón este es un problema grave de salud pública, si consideramos la incidencia de diabetes, obesidad y dislipidemias a nivel nacional.
“Frente al impacto social y económico que representa la insuficiencia renal crónica, es necesario fortalecer las estrategias integrales de cobertura universal, prevención, diagnóstico oportuno, y acceso a tratamientos innovadores. Estamos convencidos de que la calidad en atención y tratamientos es un hecho básico en el desarrollo de cualquier país. Esperamos que nuestra Propuesta Ante la Problemática de la Enfermedad Renal ¸ sea considerada por las autoridades para mejorar los aspectos que requieren atención oportuna”, comentó el Lic. Carlos Castro, presidente y fundador de Asociación ALE, A.C., una de las organizaciones civiles participantes en la creación de la propuesta.
Mil 142 pacientes por millón de habitantes padecen enfermedad renal en etapa 5 y aproximadamente 129 mil personas requieren de algún tratamiento de reemplazo renal. Además, en nuestro país, la enfermedad renal presenta una tasa de crecimiento anual de entre 8 y 11 %.
La propuesta de las organizaciones de la sociedad civil hace evidente la necesidad de contar con una Política Nacional de Fomento a la Salud Renal a través de un Modelo de Gestión Integral para la Salud Renal, que comprende:
1. Prevención de la Enfermedad Renal
a. Diagnóstico oportuno en centros de salud de primer nivel, en particular para población en riesgo, es decir, la población con diabetes e hipertensión
i. Realización de pruebas médicas para determinar función renal
ii. Referencia temprana al nefrólogo
b. Tratamientos preventivos que modifiquen los factores de progresión de la enfermedad, con el fin de frenar el daño al riñón
2. Calidad de Servicios en Salud
a. Formación de capital humano para cubrir el déficit de nefrólogos
b. Elaboración sistemática de un registro de pacientes que estén en lista de espera para trasplante de riñón
c. Calidad en medicamentos
3. Colaboración con autoridades
a. Explorar mecanismos para conseguir financiamiento público y ampliar la atención renal
b. Construir un marco regulatorio que dé certidumbre a la donación y trasplante de órganos
4. Concientización de la sociedad
a. Campañas educativas de cuidado del riñón
b. Comprometer pacientes con sus tratamientos
La propuesta fue presentada en una jornada especial en la que además se contó con la realización de dos mesas de análisis:
a) Análisis y perspectiva Modelos de Financiamiento para atender la Enfermedad Renal Crónica
b) Análisis y perspectiva Hacia Un Modelo Integral de Atención para la Enfermedad Renal Crónica
El problema en su mayor parte es consecuencia de las Enfermedades Crónicas No Trasmisible (ECNT) mal atendidas, que son el azote de las instituciones del sector de la salud y que entre ellas se distingue al sobrepeso, la obesidad, las dislipidemias, la diabetes, la hipertensión arterial sistémica, entre las más importantes.
Es importante que todos los pacientes renales, independientemente de la institución de salud en donde se atiendan, tengan acceso a los tratamientos innovadores de vanguardia que les permitan sobrellevar de mejor manera su enfermedad y así tengan una mejor calidad de vida.