Especialistas del Instituto Nacional de Enfermedades “Ismael Cosío Villegas” (INER), aseguran que la obesidad, el sobrepeso y la hipertensión son los principales factores de riesgo para desarrollar apnea del sueño. En México, uno de cada cuatro adultos, puede padecerla.
La apnea del sueño es un trastorno común en donde la respiración se interrumpe o se hace muy superficial. Estas interrupciones pueden durar desde unos pocos segundos a minutos y pueden ocurrir más de 30 veces por hora. El tipo más común es la apnea obstructiva del sueño. Esta causa un colapso en las vías respiratorias o una obstrucción de ellas durante el sueño. Luego, la respiración vuelve con un ronquido o resoplido. La gente que padece de apnea suele roncar muy fuerte, sin embargo no todas las personas que roncan tienen apnea.
Las personas con apnea del sueño tienen mayor riesgo de sufrir accidentes de tránsito, accidentes de trabajo y otros problemas médicos. Si se diagnóstica apnea del sueño, es importante que se lleve a cabo un tratamiento adecuado. Estos pueden incluir cambios en el estilo de vida, dispositivos bucales, cirugía y aparatos para la respiración.
En el marco del Día Mundial del Sueño y con el lema “Únete al mundo del sueño”, el Jefe de la Unidad de Medicina de Sueño del INER, Luis Torre Bouscoulet, señaló que el 10 por ciento de la población tiene mala calidad del sueño y solo uno de cada dos adultos duerme el tiempo adecuado.
Aseguró que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 (ENSANUT), 48% de la población, presenta ronquidos al dormir, de ellos 57% son hombres y 40% mujeres. El 5% de las mujeres consumen algún medicamento para dormir, debido a la dificultad para conciliar el sueño. Al respecto, la Médico Psiquiatra Especialista en Sueño de la Unidad de Medicina de Sueño del INER, Margarita Reyes Zúñiga señaló que los niños en edad escolar deben dormir entre 9 y 11 horas; adolescentes entre 8 a 10 horas; adultos de entre 7 a 9 horas y las personas de la tercera edad aproximadamente de 7 a 8 horas, de lo contrario es un factor de riesgo para la salud física y emocional.
Al no dormir las horas necesarias se incrementa el consumo o el antojo de alimentos no saludables, principalmente los que contienen más calorías, por lo que puede generar obesidad o sobrepeso. El uso de dispositivos electrónicos en niños altera la calidad del sueño, ya que utilizarlos en exceso genera que el infante se duerma tarde y fuera de sus horas destinadas al descanso. Esto se agrava si los dispositivos se encuentran dentro de la habitación. Respecto a este tema, el trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el retraso en el lenguaje y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son consecuencias de no dormir adecuadamente.
Asimismo, la Médico Neumólogo Especialistas en Trastornos Respiratorios del Sueño de la Unidad de Medicina de Sueño, Yadira Rodríguez Reyes, explicó que la apnea del sueño se presenta debido a la grasa que se acumula en el cuello y en el abdomen, lo que provoca que al dormir se interrumpa la respiración.
Finalmente, los especialistas recomendaron dormir más de siete horas por noche y no utilizar dispositivos electrónicos más de 15 horas a la semana, ya que incrementan el apetito por alimentos altos en grasa y azúcar.