La estrategia comprende el reconocimiento de signos y síntomas de la enfermedad, así como la vinculación con los servicios de emergencia
Aun cuando en los últimos años se ha avanzado en la prevención y atención de la Enfermedad Vascular Cerebral (EVC) a nivel mundial[1], esta condición de salud se ha incrementado en países como México debido a la falta de políticas públicas que permitan reducir su incidencia, las complicaciones y la mortalidad asociadas. La EVC es la cuarta causa de muerte en el país y la segunda de demencia en adultos sólo después del Alzheimer.
Dentro de la EVC, los infartos cerebrales — los cuales son de tipo isquémico — se producen por el bloqueo de una arteria del flujo que lleva sangre al cerebro debido a un trombo o coágulo; o bien, hemorrágicos, cuando se rompe un vaso sanguíneo– se asocian con secuelas neurológicas graves e irreversibles que no sólo afectan la calidad de vida de quienes lo sufren, sino que también generan gastos de hasta 630 mil pesos anuales para ellos y sus familias.
Conscientes de la necesidad de reducir la carga económica y social que conlleva este padecimiento para la población mexicana, así como de la importancia de que la EVC sea atendida en una ventana de tiempo no mayor a las 4 horas y media desde que comienzan a manifestarse los primeros síntomas, la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral (AMEVASC), la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia (SMME) y el Centro Nacional de Información para el Sistema de Atención de Llamadas de Emergencia 9-1-1, con apoyo de la Iniciativa Angels, presentaron “CAMALEÓN”, campaña nacional de concientización sobre el infarto cerebral en México”.
En conferencia de prensa, el Dr. Jesús Daniel López Tapia, Presidente de la SMME, indicó que esta iniciativa surge como respuesta a las barreras que limitan el cuidado integral de la EVC, entre ellas el escaso conocimiento de la enfermedad, así como la falta de un proceso médico en los hospitales, infraestructura y acceso a terapia de reperfusión. “Para ello, la estrategia se centra en acciones orientadas al conocimiento de los síntomas por la población general y el ‘llamado a la acción’ para acudir en tiempo para su manejo en las instituciones de salud públicas y privadas”.
En primera instancia, dijo que a nivel nacional se implementará una campaña de promoción a la salud para el reconocimiento de signos y síntomas del infarto cerebral mediante el acrónimo que da lugar a “CAMALEÓN”: CAra (debilidad en la mitad del rostro), MAno (pérdida de la capacidad para levantar el brazo o la mano), LEnguaje (imposibilidad de comprender y pronunciar palabras) y ON, que indica activarse y marcar de inmediato al 9-1-1 para que el paciente sea atendido en un hospital dentro de una ventana terapéutica de 4 horas y media, pues por cada minuto que pasa se pierden millones de neuronas. De hecho, más de la mitad de quienes sobreviven quedan con alguna discapacidad y un tercio de ellos precisa ayuda de cuidadores para realizar sus actividades básicas.
A diferencia de otras campañas existentes, el experto comentó que ésta es de alta y fácil recordación y genera conciencia sobre la prevención de factores de riesgo prevenibles como tabaquismo, diabetes mal controlada, hipertensión arterial, colesterol alto y obesidad, los cuales han hecho que la EVC tenga una incidencia actual de 230 casos por cada 100 mil habitantes.
En su opinión, es preciso que toda la población tenga en mente “CAMALEÓN”; para ello, además de videos y posters, están haciendo uso de herramientas tecnológicas como Facebook con la fanpage @estrategiacamaleon, el portal www.infartocerebral.com.mx y la aplicación móvil (app) Infarto Cerebral, que puede descargarse de manera gratuita mediante Apple Store y Play Store, y está disponible para IOS y Android. Con esta app, el usuario hallará información sobre la enfermedad, podrá localizar por GPS el hospital más cercano (público o privado) habilitado para atender la emergencia y enlazarse al 9-1-1.
“Esto es importante porque, por primera vez, logramos vincular los servicios de urgencias al número único de llamadas de emergencia debido a la creación de un protocolo médico telefónico para la atención del infarto cerebral, el cual fue elaborado gracias al esfuerzo conjunto de las organizaciones involucradas y validado por la Secretaría de Salud”, expuso el Dr. López Tapia.
Al respecto, el Dr. Luis Daniel Sánchez Arreola, especialista en Medicina de Urgencias y Asesor Médico del 9-1-1, explicó que este servicio cuenta actualmente con 194 Centros de Atención de Llamadas de Emergencia atendidos por 3 mil operadores y 4 mil despachadores en la República Mexicana, los cuales han sido capacitados en la asistencia de un usuario o testigo de EVC.
Una vez contestada la llamada, el operador obtiene los datos de contacto, aplica el protocolo médico del incidente y canaliza el despacho de una ambulancia al lugar en donde se encuentre el paciente, busca a través del sistema la institución más cercana y alerta al personal médico para que esté preparado para su arribo. “A través de este proceso de gestión total de la emergencia se busca que el paciente con signos y síntomas de EVC no tarde más de 60 minutos en llegar al hospital, acortando al máximo el tiempo para que reciba atención médica neurológica”, comentó.
Señaló que desde la implementación de este protocolo médico en el sistema, en enero del 2017, el 9-1-1 ha recibido más de 60 millones de llamadas de emergencia, de las cuales un 45% corresponden a emergencias de tipo médico y alrededor de 157 mil a casos de victimas con signos y síntomas probables de un evento vascular cerebral, por lo que éste protocolo constituye una herramienta fundamental para asistir a la comunidad.
Y para consolidar la atención de la EVC en los servicios de urgencias, el Dr. López Tapia enfatizó: “A partir del trabajo conjunto entre la iniciativa Angels y la SMME, hemos puesto en operación dicha estrategia con la cual creamos la más grande red de instituciones hospitalarias en México que cuentan con tomógrafos en funcionamiento, entrenamiento a médicos y enfermeras en la interpretación de estudios diagnósticos y la terapia farmacológica (trombolítico) que deshace el coágulo para restablecer la circulación de la arteria ocluida en caso de infarto cerebral isquémico agudo”.
El Dr. Ángel Antonio Arauz Góngora, Neurólogo especialista en enfermedad vascular cerebral del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Ciudad de México y Profesor de Neurología en la Universidad La Salle citó: “Muchos de los pacientes son jóvenes en edad productiva que, tras sufrir un infarto cerebral, quedan imposibilitados de retomar sus actividades y se vuelven dependientes de terceras personas. Por esa razón, es fundamental la realización de convenios con instituciones del sector salud para hacer obligatoria su atención en las salas de emergencias de todos los hospitales”.
Si bien la EVC está contemplada en México como prioridad por el Consejo de Salubridad General, no está cubierta aún por el Seguro Popular debido a la falta de presupuesto. “México sólo invierte el 5.8% del PIB (Producto Interno Bruto) en temas de salud, cuando la media comparada con países miembros de la OCDE es del 9%[6].”, aseguró el Dr. Fernando Góngora Rivera, Presidente de AMEVASC, Neurólogo Vascular y Jefe de la Unidad de Ciudados Neurovasculares del Hospital Universitario José Eleuterio González de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Ante esta situación, hizo hincapié que el año pasado la asociación envió al Poder Legislativo la propuesta de un punto de acuerdo para la elaboración de una Norma Oficial Mexicana que integre los protocolos necesarios en el manejo multidisciplinario de la EVC, y exhortó a la administración entrante a que vuelva a revisar este tema para dar celeridad a dicha propuesta.
Finalmente, el Dr. Marino Fernández Martínez, representante de la Iniciativa Angels, refrendó su compromiso para participar activamente con las organizaciones civiles, sociedades médicas y gobierno, con el objetivo de que la estrategia CAMALEÓN permee sensiblemente en el tejido social y sea exitosa en México.