Desmontamos cuatro mitos sobre nutrición

Las elecciones alimentarias que hacemos se basan en una batería de toma de decisiones entre las que se encuentran no solo nuestros gustos, sino también la opinión que hayamos construido con relación a ese alimento. Por ello, verificar y desmentir mitos y leyendas sobre qué alimentos son buenos o malos, o sobre cómo un nutriente nos afecta o qué y cómo somos capaces de digerir una comida, es una tarea importante. A continuación analizamos cuatro mitos sobre nutrición de la mano de la profesora del máster universitario de Nutrición y Salud de la UOC, la Dra. Diana Díaz Rizzolo. ¡Toma nota!

Mito 1: Consumir edulcorantes artificiales nos hace necesitar más dulce.

Sabemos que cada persona tiene un umbral del dulzor y que, a mayor cantidad de dulce, más tolerantes nos hacemos a él y, por lo tanto, más azúcar necesitamos y podemos aumentar su uso en nuestras comidas. Pero, ¿qué pasa con los edulcorantes artificiales? Son productos que otorgan dulzor, pero sin consumir azúcar como tal, por lo que se ha hipotetizado durante mucho tiempo que su consumo podría modificar también el umbral del dulzor de sus consumidores. 

Por ello, se ha investigado sobre su consumo y su impacto en el apetito. Lo que se ha visto es que las personas con sobrepeso y obesidad tienen una modificación de la percepción del gusto debido a una disminución de ciertos neurotransmisores de placer, pero no se ha podido demostrar que el consumo de edulcorantes produzca un efecto sobre el sistema de recompensa o las hormonas intestinales aumentando el apetito. Además, su uso no se ha relacionado ni con un aumento del consumo de calorías totales ni de ganancia de peso. 

Mito 2: La microbiota intestinal es uno de los pilares para la toma de decisiones clínicas.

Se denomina microbiota intestinal o flora intestinal al conjunto de bacterias que viven en el intestino,la mayor población de microorganismos del cuerpo humano. Un dato curioso es que hay de 150 a 200 veces más genes en la microbiota de una persona que en el conjunto de las propias células de nuestro cuerpo. Hasta hace unos años, sabíamos que estas bacterias eran responsables de algunas partes de los procesos de digestión, como en el caso de la fibra que consumimos. Pero, en la última década se han hecho evidentes muchas otras propiedades que incluyen no solo la producción de vitaminas necesarias para la vida y la absorción de minerales, sino procesos no digestivos como la producción de moléculas importantes para la salud, la degradación de toxinas o la actuación como barrera de defensa contra patógenos. 

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Se ha podido estudiar la relación entre una buena microbiota intestinal y una menor incidencia de patologías como la obesidad o las enfermedades metabólicas (diabetes, resistencia a la insulina, síndrome metabólico, etc.) así que en la práctica clínica no es descabellado pensar en que es relevante mantener una buena salud bacteriana. Y, si bien eso es totalmente cierto, lo que no lo es tanto es que conozcamos la composición exacta que debe tener nuestra microbiota intestinal para ser buena o para ser mala. Por lo que, su uso como herramienta habitual en la prevención y el tratamiento de patologías como la diabetes todavía nos queda lejos.

Mito 3: Existen suplementos alimenticios para perder peso.

Solo en América Latina, desde 2016 se estima que 6 de cada 10 adultos son obesos; al menos 4 de cada 10 mujeres y más de 3 de cada 10 hombres mayores de 20 años tienen sobrepeso. Casi el 40% de los niños padecen obesidad y más del 20% están por encima de su peso ideal, por lo cual el sobrepeso y la obesidad son problemas gravísimos

De acuerdo con esto, se han estudiado un sinfín de nutrientes y combinación de nutrientes que promuevan la pérdida de peso. Entre ellos, hay algunos conocidos como el té verde, el ginseng o el café, pero también otros menos conocidos como la inulina, la espirulina o el cromo, que hasta el momento no han demostrado ningún efecto sobre el control del peso en diferentes estudios clínicos. De hecho, una revisión reciente del tema apunta que el consumo diario de la combinación de hasta 8 suplementos podría inducir una leve pérdida de peso (de unos 2 kg en pacientes con obesidad) por lo que tampoco se justifica su uso para el poco beneficio obtenido. 

Mito 4: Comer más rápido no se relaciona con mayor ganancia de peso.

Se ha demostrado que el número de bocados por comida y la velocidad de consumo son determinantes del consumo de calorías. Y, de hecho, no solo se ha demostrado que a mayor velocidad de consumo mayor ganancia de peso, sino que también se ha observado más prevalencia de síndrome metabólico y diabetes tipo 2, incluso cuando no existía incremento del peso. Por ello, podemos confirmar que comer lento masticando bien cada alimento es beneficioso para el organismo.

Sin duda, la nutrición y la alimentación son imprescindibles para mantener una buena salud. Por ello, desde la UOC proporcionamos información integral, transversal y globalizadora del ámbito de la alimentación y la nutrición que sean capaces de dar respuesta a las necesidades preventivas de la población en estas cuestiones.

DZ

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Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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