Por Ady Corona
México, D. F., 11 de agosto (Mundo de Hoy).- No siempre las actividades bajo el agua son las idóneas, pues a pesar de que se debe ejercitar y acondicionar el cuerpo, así como los pulmones para esta práctica, a veces la presión se vuelve enemiga de nuestro organismo y puede ocasionar una aeroembolia, es decir, una embolia de gas.
Se trata de una obstrucción en los vasos sanguíneos provocada por burbujas en el flujo sanguíneo, cuando al estar en profundidades marítimas los pulmones se llenan de aire mientras se lleva a cabo el ascenso.
Víctimas de este padecimiento pueden ser los buzos o gente que esté en un ambiente de aire comprimido, pues cuando respira recibe gran cantidad de oxígeno, nitrógeno así como otros gases.
El ejemplo más claro es el buceo, pues mientras se va ascendiendo, los pulmones se hinchan en exceso, lo que da paso al aire hacia la sangre en forma de burbujas, lo más peligroso resulta cuando los vasitos del cerebro se obstruyen porque se produce un ataque cerebral, similar a las hemorragias o trombosis, y desgraciadamente una invasión por aeroembolia provoca la muerte sin que se tenga el tiempo suficiente para reaccionar a tiempo.
Cuando se está a punto de sufrir una embolia de gas a veces no da tiempo para reparar en los síntomas, sin embargo el más común es la pérdida de conciencia que pudiera estar acompañada de convulsiones. También se puede presentar parálisis en partes del cuerpo ante el cuadro de estrés que implica el ascenso y la necesidad de tomar oxígeno.
Algunas veces se han dado casos en que los pulmones se llegan a reventar y producen dolor en el pecho, con la consiguiente salida de espuma con sangre por la boca. Así también se viven cuadros de dolor muy agudos en alguna articulación así como en el oído interno, que en un caso severo se puede reventar.
Por ello es aconsejable que cuando se realicen prácticas bajo el agua se vaya acompañado y con el equipo necesario, aunque es requisito estar entrenado físicamente para que el sistema respiratorio no se colapse en el momento menos pensado.
A pesar de que la víctima de una embolia de gas debe ser atendida rápidamente, lo primero que se debe hacer al sentir alguno de los síntomas es regresar de inmediato a la superficie pero a gran velocidad, para hacer un efecto de compresión de las burbujas y éstas se disuelvan en la sangre.
En cuanto el afectado esté en la superficie se le debe suministrar oxígeno con una mascarilla de gas para que se logre parcial recuperación.
Cabe resaltar que las mujeres somos más propensas a padecer de aeroembolia, y la obesidad así como congestión nasal por alergias o simples gripas, pueden ser factores que detonen en una embolia aérea.