· Existen personas que no presentan síntomas, por ello la
importancia de acudir al médico a revisiones de rutina
Según datos de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cirrosis hepática se ubica en el
sexto lugar entre las principales causas de muerte en nuestro país, es
producida principalmente por el consumo excesivo de alcohol, que destruye de forma gradual el tejido
normal del hígado, dando origen al tejido cicatrical, el cual bloquea el flujo
de sangre que atraviesa este órgano, impidiendo su funcionamiento normal.
Jesús Alcántar Ramírez, jefe de Medicina
Interna del Hospital General Regional N° 220 del Instituto Mexicano del Seguro
Social, Delegación Estado de México Poniente, refiere
que, además del consumo excesivo de alcohol, infecciones como la Hepatitis B y
C, obstrucción de las vías biliares, consumo de ciertos fármacos, trastornos
cardíacos o vasculares, fibrosis quística, diabetes, desnutrición, así como la
exposición a ciertas sustancias químicas, pueden desencadenar su
aparición.
La deficiencia
de la función del hígado afecta al organismo de diversas formas, algunas de las
complicaciones que se derivan de la cirrosis pueden ser: ascitis (acumulación
de líquidos en el abdomen); icticeria (coloración amarillenta en la piel y
ojos) debido a que el hígado no absorbe la bilirrubina; hemorragias o
hematomas; cálculos que evitan a la bilis llegar a la vesícula y la
sensibilidad a los medicamentos, entre otros.
De acuerdo a los
síntomas, exámenes de laboratorio, historial médico y examen físico es que el
profesional de la salud puede realizar el diagnóstico para determinar si el
hígado funciona de manera adecuada. En este sentido, el doctor Alcántar Ramírez, sugiere a los derechohabientes que se realicen una revisión médica
periódica, especialmente si presentan alguno de los factores de riesgo antes
mencionados.
Es necesario
considerar que por lo general esta enfermedad se presenta de manera paulatina,
es decir, las primeras manifestaciones suelen ser bastante leves, ya que los
pacientes no presentan síntomas marcados
de cansancio, falta de apetito, náusea, debilidad y/o pérdida de peso, mencionó
Alcántar Ramírez.
El especialista
resaltó que el daño causado al hígado por la cirrosis es irreversible, la
detección temprana permite con el tratamiento detener o retrasar un daño mayor,
y con ello reducir el riesgo de complicaciones.
Agregó que el medicamento
suministrado por el especialista depende en gran medida de la causa por la cual
se desarrolló el padecimiento, así como los síntomas que presenta el paciente.
El tratamiento incluye suspender los agentes tóxicos que han provocado el
malestar y propiciar una buena alimentación, que incluya suplementos
vitamínicos para contribuir al fortalecimiento y mejoramiento del paciente.
Por ser un
padecimiento irreversible, el enfermo debe ser vigilado de manera constante
para evitar que afectaciones a mediano o largo plazo puedan hacerse presentes;
para ello, se les realizan diversos estudios del funcionamiento hepático,
análisis endoscópicos y de coagulación para monitorear su evolución y evitar
agravamientos.
Por ejemplo,
dijo el especialista, hay que controlar
la hipertensión portal, la cual, aumenta la presión dentro del órgano,
ocasionando la inflamación de los vasos sanguíneos cercanos (del estómago y
esófago) rompiéndolos y produciendo sangrados abundantes. Por tal razón, además
del tratamiento medicinal, los pacientes deben seguir una dieta balanceada,
baja en sales, para evitar la retención de líquidos, lo que les podría generar
una falla renal, comentó Alcantar Ramírez.
Cuando la
enfermedad no puede controlarse mediante medicamentos, el siguiente paso es
llevar a cabo una intervención quirúrgica; para ello, el IMSS ha desarrollado
programas de trasplante mediante los
cuales ha logrado mejorar de manera significativa la calidad de vida de
los derechohabientes, además cuenta con varios especialistas en la materia
quienes brindan la atención pertinente, de acuerdo a los requerimientos del
paciente.