Según la OMS, el cáncer de hígado o carcinoma hepatocelular es la neoplasia maligna primaria de hígado más frecuente y la quinta a nivel mundial, convirtiéndose en un problema de salud pública ya que tiene una incidencia anual que iguala su mortalidad. Y es una enfermedad que no presenta ningún síntoma en etapa inicial.
Entre los factores de riesgo por los que las probabilidades de padecerlo aumentan están:
– Obesidad
– Diabetes
– Cirrosis
– Hepatitis B
– Hepatitis C
– Hígado graso
– Genética
Este último factor es de los más importantes, ya que en la última década ha aumentado el gen PNPLA3. El 45% de los mexicanos en Estados Unidos tiene este gen, el cual es responsable de la inflamación del hígado cuando se convierte en graso o cuando una persona ingiere bebidas alcohólicas.
¿Qué pasa después del diagnóstico?
Las probabilidades de cura son altas, entre el 57 y 73% de los casos, por lo que es sumamente importante un diagnóstico oportuno y temprano. El tratamiento puede abarcar un trasplante, cirugía, quimioterapia o radiofrecuencia, dependiendo de las características del carcinoma hepatocelular y la condición particular de cada paciente.
Las recomendaciones del Dr. Monsour se basan en tener una alimentación balanceada, llevar un estilo de vida saludable practicando cualquier actividad física 30 minutos diarios, evitar el consumo de tabaco y alcohol y realizar cada seis meses un ultrasonido de hígado en caso de tener hepatitis B, hepatitis C, hígado graso o cirrosis.