Incontinencia. Que nada te detenga, depende de ti

La incontinencia urinaria constituye un problema médico y social importante; no se define como un proceso de riesgo vital, pero las consecuencias en el núcleo familiar son alarmantes. La calidad de vida del paciente se deteriora significativamente, además, limita su autonomía y reduce su autoestima.

Con frecuencia este padecimiento pasa desapercibido en las consultas de primer nivel de atención. Los hombres y mujeres que sufren incontinencia urinaria asumen que es un problema natural derivado de la edad, aunado a los prejuicios que se tienen al respecto. En consecuencia, quienes no controlan sus necesidades de orinar no reciben el tratamiento adecuado.

Primeras manifestaciones

El problema radica en el nulo control sobre la vejiga. Los riñones producen constantemente orina, la cual fluye a través de dos largos tubos (los uréteres) hacia la vejiga, donde es almacenada. El cuello, (la parte más baja de la vejiga) está rodeado por un músculo (el esfínter urinario) que permanece contraído para la uretra que transporta la orina fuera del cuerpo, de modo que se retenga la orina en la vejiga hasta que esté llena.

En este momento, los mensajes que salen de la vejiga van a lo largo de los nervios hasta la médula espinal, para luego llegar al cerebro; así, la persona toma conciencia de la urgencia de orinar. Entonces, ella puede decidir consciente y voluntariamente expulsar la orina de la vejiga o no. Cuando se toma la decisión de orinar, el músculo del esfínter se relaja, dejando que la orina fluya a través de la uretra al mismo tiempo que los músculos de la vejiga se contraen para empujar la orina hacia fuera. Esta fuerza de empuje se puede aumentar contrayendo los músculos de la pared abdominal y del suelo de la pelvis, ya que se incrementa la presión sobre la vejiga. Llevar a cabo el proceso de contención y liberación de orina es complejo y se puede ver afectado por diferentes factores o etapas del ciclo a casusa de diversas anomalías. El resultado de estas interrupciones es la pérdida de control.

Diagnóstico

Cuando una persona sufre incontinencia no debe tener temor de acudir con el médico, ya que es una enfermedad que se puede controlar o curar, en ciertos casos.

Por lo general, se puede descubrir la causa y desarrollar un plan de tratamiento después de que el médico haya cuestionado al paciente sobre los síntomas que presenta, sobre todo se inclina por preguntas asociadas a los antecedentes del problema.

Para descartar cualquier infección es preciso realizar un análisis de orina. A veces, puede ser necesario realizar pruebas especiales durante la micción (evaluación urodinámica). Estas pruebas miden la presión de la vejiga en reposo y cuando se llena; son particularmente útiles en la incontinencia crónica. Se coloca una sonda en la vejiga y mientras ésta se llena con agua a través de la sonda, se registra la presión en su interior.

Tratamiento

Un tratamiento óptimo depende del análisis minucioso del problema de forma profunda e individual y varía según la naturaleza específica del padecimiento. Hay casos de pacientes que, habitualmente, llegan a curarse.

Una medida que minimiza la incontinencia es cambiar hábitos de comportamiento, sobre todo el control en consumo de líquidos. Los pacientes pueden recuperar el dominio de la vejiga mediante técnicas específicas, como orinar a intervalos regulares (cada dos o tres horas) para mantener la vejiga relativamente vacía.

La incontinencia es posible clasificarla en diferentes tipos de acuerdo al modo y el momento del inicio:

-De aparición reciente y repentina.

-De inicio gradual y persistente.

Pero, ¿qué causa la incontinencia?

Existen factores como:

-Hipertrofia prostática: glándula prostática agrandada que obstruye la vejiga y causa incontinencia.

-Condiciones neurológicas: el sistema nervioso envía señales a la vejiga que permite el vaciado y término oportuno.

-Obesidad: hombres y mujeres con sobrepeso ejercen presión sobre su vejiga y los músculos adyacentes se ven afectados y aumentan la presión abdominal.

-Procesos obstructivos: cualquier factor que impida vaciar la vejiga.

-En ocasiones se presenta incontinencia temporal, o también conocida como incontinencia aguda.

Algunos elementos que influyen para este padecimiento son:

-Irritantes vesicales: sustancias derivados de la orina que desarrolla un deficiente funcionamiento en el aparato urinario. La ingesta de poco líquido durante tiempo prolongado acarrea este padecimiento.

-Constipación.

-Procesos patológicos específicos: la diabetes es una enfermedad que altera el organismo y hace intolerante la vejiga y no soportan el volumen de orina que genera el cuerpo.

-Medicamentos y alcohol: fármacos que disminuyen el control sobre el sistema nervioso, sobre todo las “píldoras para dormir” o los tranquilizantes.

-Procedimientos quirúrgicos: hombres que se sometieron a procedimientos como prostatectomia.

Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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