Con estudios de imagenología el Instituto analiza la función cerebral.
Hipertensión arterial, tabaquismo, elevados niveles de colesterol, obesidad y diabetes son algunos de los factores de riesgo para sufrir un infarto cerebral, evento que representa la cuarta causa de muerte de pacientes en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Durante 2006, se registraron más de 7 mil decesos por estas complicaciones de salud.
La doctora Laura Carmona Miranda, neuróloga del Hospital General Regional (HGR) No. 25 del Instituto, explicó que un infarto en el cerebro se origina por la formación de un coágulo de sangre que se desprende de otra parte del organismo; por ejemplo, del corazón o las arterias del cuello.
Si la sangre se coagula, añadió, se debe a la deformación de las arterias cerebrales que, al ocluirse, es decir, al quedar obstruidas, pueden desencadenar un infarto, padecimiento que se presenta dentro de las Enfermedades Cerebro Vasculares (ECV).
La especialista comentó que los pacientes denominan embolia a la hemiplejia, que se caracteriza por un cuadro de parálisis en uno de los extremos del cuerpo. Para el médico, es señal de que se presentó un infarto en el cerebro.
Al acercarse el evento cerebral –también llamado isquemia cerebral– se pueden manifestar síntomas de alarma como pérdida súbita de la visión, que se recupera después de algunos segundos, o bien falta de movilidad en cierta parte del cuerpo durante algunas horas, que se conoce como isquemia cerebral transitoria, si la parálisis se extiende por más de un día es isquemia prolongada.
Para determinar las causas que afectan al paciente, el Seguro Social lleva a cabo estudios de imagenología, que consisten en una tomografía y una resonancia magnética, para observar la estructura del cerebro. También se puede solicitar una prueba de diagnóstico llamada profusión cerebral, estudio de medicina nuclear que revela datos sobre las funciones cerebrales.
De forma paralela, abundó, se realizan análisis de laboratorio, a fin de identificar algunos de los factores de riesgo como colesterol elevado y diabetes.
La doctora Carmona Miranda comentó que para prevenir un infarto cerebral es necesario evitar dichos factores. En el caso de niveles elevados de glucosa, colesterol e hipertensión arterial, se recetan medicamentos para descender los registros de lípidos y azúcares y normalizar la presión arterial.
Si el enfermo es adicto al tabaco es, debe iniciar un tratamiento psicológico y farmacológico para lograr prescindir del cigarro cuyas sustancias favorecen el endurecimiento de las arterias.
Además, es necesario complementar el tratamiento con alimentación saludable lo que significa evitar la ingesta de productos con alto grado de calorías como bebidas azucaradas o alimentos grasosos.
La especialista subrayó la importancia del ejercicio, ya que la actividad física, oxigena al cerebro y fortalece las funciones cerebrales relacionadas con el control del cuerpo y la función motora.
Indicó que, por medio de exámenes de diagnóstico el IMSS, determina el tratamiento, que depende también de las causas asociadas a una deficiencia en la función cerebral. Además, hay que tomar en cuenta los antecedentes del paciente, si sufre otras enfermedades, adicciones, si es adulto joven, así como descartar padecimientos más complejos como la arterosclerosis.
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