Permanecer mucho tiempo sentado e inmóvil puede desatar el problema.
La flebitis es una inflamación del sistema venoso; cuando se complica este proceso, se forma un coágulo en el vaso afectado, conocido como tromboflebitis, que afecta a uno de cada 10 pacientes de los Servicios de Angiología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La doctora María Isabel Guevara Saldivar, angióloga y cirujana vascular del Hospital General de Zona (HGZ) No. 32 Villa Coapa, señaló que la frecuencia de la tromboflebitis es alta. A nivel mundial, dijo, se considera que hasta 50 por ciento de las personas pueden padecer un evento de trombosis en su vida, aun sin que se presenten manifestaciones visibles.
En esta Unidad del IMSS, el Servicio de Angiología recibe alrededor de 21 pacientes diarios: 80 por ciento de ellos es por várices y, de éstos, un 20 por ciento presentan trombosis.
Entre los factores de riesgo para desarrollar el padecimiento destacan el tabaquismo, la obesidad, el sobrepeso y tener várices (dilataciones anormales y permanentes de las venas).
La tromboflebitis se presenta con mayor frecuencia en la mujer que en el hombre, en proporción de 4 a 2, a partir de la cuarta década de vida, aunque puede manifestarse en gente joven, sobre todo asociada a trastornos hematológicos.
Las manifestaciones más riesgosas de esta enfermedad, señaló la angióloga, son las trombosis del sistema venoso profundo, ya que el coágulo se puede fragmentar y trasladarse hasta los pulmones, ocasionando una embolia pulmonar.
Un padecimiento de este tipo, abundó, ocasiona dolor intenso, inflamación progresiva de la pierna y discapacita para la marcha (no es posible caminar). Hay cambios de color en la piel, generalmente a rojo oscuro; en ocasiones aparece a nivel de tobillo una coloración café pardusca, que se conoce como dermatitis sock, ya que, precisamente, tiene la apariencia de un calcetín.
El método más confiable que brinda el IMSS para su diagnóstico es el ultrasonido doppler duplex, a través del cual se pueden observar en tiempo real las condiciones del flujo sanguíneo y medir, con exactitud, el tamaño de los llamados trombos.
Otro mecanismo de diagnóstico es la flebografía, en la que mediante un catéter, que se introduce en las venas del pie, se inyecta un medio de contraste que permite observar un mapa completo de la circulación.
La angióloga del Instituto pormenorizó que se considera de alto riesgo a las mujeres embarazadas, ya que el producto comprime las grandes venas de la pelvis; a los enfermos con cáncer, y a quienes sufren males hematológicos (como el lupus) o renales; así como las mujeres usuarias de terapia hormonal de reemplazo en la menopausia.
Quizá el problema más conocido sea el llamado “Síndrome del pasajero de clase turista”, que se presenta en viajes muy largos, particularmente en avión, donde el viajero prácticamente está inmóvil. A quienes se encuentran en esta situación, se les recomienda realizar ejercicios con las piernas y los dedos de los pies, tomar agua y hacer una breve caminata en el pasillo del transporte cada dos horas.
Elizabeth, derechohabiente de 26 años, comentó su experiencia: “Salí de viaje, dos veces en un mes, viajes de 9 horas de ida y regreso. Por estar sentada tenía la pierna muy hinchada, no podía apoyar el pie ni podía caminar, y sentía un inmenso dolor”.
El tratamiento de este padecimiento en el IMSS es con antitrombóticos y anticoagulantes, por un periodo de 4 a 6 meses; analgésicos (para el dolor) y la vasocomprensión, con el uso de medias o calcetines elásticos.
La doctora Guevara Saldivar recomendó a las personas conservar un peso ideal y realizar 30 minutos de ejercicio diario, que no sea de alto impacto: caminata, bicicleta o natación; no fumar y consumir abundantes líquidos, para evitar este padecimiento.
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