- Los pacientes que sobreviven a esta enfermedad pueden quedar con secuelas muy graves que los hace totalmente dependientes
Al año ocurren más de 130 mil muertes en México por enfermedad vascular o infarto cerebral (EVC), cifra que ubica a este problema de salud en el tercer lugar nacional como causa de fallecimiento.
En entrevista, Juan Manuel Calleja Castillo, adscrito al servicio de urgencias del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) “Manuel Velasco Suárez”, afirmó que es la causa más común de incapacidad en adultos y ocupa el quinto lugar de muerte en nuestro país.
La Enfermedad Vascular Cerebral (EVC) es una alteración neurológica que se caracteriza por su aparición brusca, generalmente sin aviso, con síntomas de 24 horas o más, causando secuelas y muerte.
Puede ocurrir cuando una arteria se obstruye produciendo interrupción o pérdida repentina del flujo sanguíneo cerebral o bien, ser resultado de la ruptura de un vaso sanguíneo, dando lugar a un derrame.
Asimismo, se calcula que cada año hay entre 150 y 200 mil infartos cerebrales, y quienes sobreviven pueden quedar con secuelas leves o severas, como parálisis, problemas de raciocinio, del habla, visión y en la coordinación motora, que los hace dependientes por completo de otra persona para sobrevivir.
Lo anterior obliga a algún miembro de la familia a dejar de trabajar para cuidar al paciente y estar al pendiente de su tratamiento médico para evitar otro infarto cerebral o al miocardio, porque de lo contrario tiene 60% de posibilidad de morir en los siguientes cinco años posteriores al evento.
El especialista subrayó que la prevalencia de la EVC va en aumento, debido a que 80% de los problemas de este tipo son por ateroesclerosis, como consecuencia de obesidad, diabetes, hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos altos o tabaquismo.
Si la persona padece sólo diabetes, por ejemplo, tiene menos riesgo de sufrir un infarto cerebral, pero si además tiene hipertensión o fuma, hay seis veces más posibilidad de un evento vascular, comentó.
Este problema se presenta a partir de los 45 años, sin embargo, si se procura tener una vida sana o se controlan las enfermedades crónicas que lo causan de manera agresiva, disminuye en 80% el riesgo de sufrir un evento vascular cerebral.
Previo a la menopausia es más común en los hombres, pero las mujeres que ya superaron este periodo tienen igual posibilidad que los hombres y a veces están más afectadas.
Algunos síntomas que hacen sospechar de un EVC son la alteración de la fuerza en un brazo, en una pierna o en ambos de un lado del cuerpo, parálisis de la cara o alteración de ésta o del lenguaje.
Ocurrencia súbita de visión borrosa o reducción de la visión en uno o ambos ojos, aparición brusca de mareos, pérdida del equilibrio o caídas sin explicaciones, incapacidad repentina para comunicarse, ya sea por dificultad para hablar o entender y aparición súbita de dolor de cabeza, de gran intensidad y sin causa conocida.
Estos signos de alarma duran unos minutos y luego desaparecen o preceden a un EVC de mayores consecuencias y requieren atención médica inmediata.
El especialista subrayó la importancia de la atención oportuna durante las primeras cuatros horas posteriores al infarto vascular cerebral para reducir las secuelas o evitar la muerte del paciente, porque el tratamiento inmediato para destapar la arteria detiene el infarto cerebral.
Los tres principales tipos de EVC son el trombótico, cuando el flujo de sangre de una arteria cerebral se bloquea debido a un coágulo que se forma dentro de la arteria. La ateroesclerosis, que es la acumulación de depósitos grasos en las paredes de las arterias, causa un estrechamiento de los vasos sanguíneos y con frecuencia es responsable de la formación de dichos coágulos.
Otro tipo de enfermedad vascular cerebral es el embólico, cuando el coágulo se origina en alguna parte alejada del cerebro, por ejemplo en el corazón. Una porción del coágulo (un émbolo) se desprende y es arrastrado por la corriente sanguínea al cerebro, el coágulo llega a un punto que es lo suficientemente estrecho como para no poder continuar y tapa el vaso sanguíneo, cortando el abastecimiento de sangre. Este bloque súbito se llama embolia.
El hemorrágico o derrame cerebral es causado por la ruptura y sangrado de un vaso sanguíneo en el cerebro.