La búsqueda del embarazo provoca estrés

La infertilidad da lugar a alteraciones como ansiedad, depresión, baja autoestima, estrés, ira, sentimientos de culpa y pérdida de control

Tener el anhelo de concebir un hijo y que éste no llegue a pesar de tener relaciones sexuales durante 12 meses sin protección, genera una crisis en la pareja, que va desde frustración hasta fracaso respecto a sus deseos de convertirse en padres.

Por lo que el Dr. Carlos Salazar, Director de la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (REDLARA), señala que “la infertilidad puede dar lugar a alteraciones psicológicas como ansiedad elevada, depresión, baja autoestima, estrés, ira, sentimientos de culpa y pérdida de control de la propia vida, este padecimiento afecta entre el 10 y 15% de las parejas que están tratando de concebir”.

Durante esta etapa las parejas se enfrentan a problemas de comunicación y sexuales, lo que lleva, en muchos casos, a la disminución de la calidad y frecuencia de las relaciones sexuales. Además de reducir el deseo sexual, se pueden presentar problemas de eyaculación, disfunción eréctil, dificultades para conseguir el orgasmo, insatisfacción, por mencionar algunos.

“Las pruebas y tratamientos para detectar las causas de la infertilidad pueden resultar estresantes desde el aspecto físico y emocional, además muchas veces sólo es la mujer la que se somete a este tipo de diagnósticos, dejando de lado que el hombre también tienen el mismo porcentaje (40%) de ser infértil que la mujer, el 20 restante son por causas desconocidas”, señaló el Dr. Salazar.

Y continuó el especialista: “A lo anterior se suman múltiples citas médicas necesarias para realizar el tratamiento, que pueden implicar faltar al trabajo o dejar de realizar otras actividades. Todo esto supone una importante carga para la vida diaria, que sin duda amenaza también la estabilidad de la pareja. La mayoría de ellas en consulta, mencionan que el estrés y la tensión en su relación aumenta significativamente”.

Por su parte el Dr. Ranferi Gaona, Ginecólogo especialista en Biología de la Reproducción y director del CEERH afirmó: “Si bien en la mayoría de los casos las Técnicas de Reproducción Asistida (TRA) permiten resolver el problema, aproximadamente dos tercios de las parejas que buscan ayuda consiguen tener un bebé- también pueden provocar una crisis vital en la pareja”.

Por ejemplo –continuó el Dr. Gaona –  “un intento estándar de Fertilización In Vitro (FIV) requiere que la mujer se aplique entre 9 y 12 días inyecciones diarias para estimular la producción de óvulos; la captura de esos óvulos vía ultrasonido transvaginal; su fertilización en el laboratorio con el esperma de la pareja o donador y la posterior transferencia del embrión resultante al útero. Luego, se debe esperar entre dos y tres semanas para saber si se logró la implantación y, por lo tanto, si se consiguió un embarazo”.

“Lo ideal sería contar con tratamientos de dosis simplificadas que ayuden a que el tratamiento genere menos estrés en las pacientes y se logre un mayor apego al mismo. De hecho, se estima que un 28% de las parejas abandonan los tratamientos prematuramente, debido al impacto psicológico que éstos implican. Sabemos que el laboratorio MSD, en su división de Fertilidad, presentará pronto al mercado mexicano una nueva terapia que resolverá esta situación y estamos seguros que ayudarán a reducir el estrés de las parejas por lo que podrán concebir con éxito”, mencionó el Dr. Salazar.

“Además, es recomendable que para reducir estas crisis emocionales, se consulte siempre a un especialista. El apoyo psicológico se aconseja incluso para sobrellevar mejor ciertos momentos clave de la terapia. Así como no postergar la consulta, ya que los estudios para diagnosticar la infertilidad pueden llevar tiempo, y recordemos que la fertilidad decrece con los años, por ello, lo mejor es acudir a un médico oportunamente”, concluyó el Dr. Gaona.

Se puede hablar de múltiples factores que inciden directa o indirectamente en el aumento de la infertilidad o en los problemas de concepción, como las enfermedades de transmisión sexual, el consumo elevado del alcohol, tabaco y otras drogas; sobrepeso, obesidad, estrés y ansiedad.

Otro factor es el acceso de la mujer al mercado laboral y la edad avanzada a la que se desea tener un hijo. Además, las alteraciones estrictamente médicas padecidas por el hombre y la mujer, como una escasa producción de espermatozoides o alguna alteración de las trompas de falopio, respectivamente, se convertirán en factores disfuncionales y podrán suponer un obstáculo para las parejas en el momento en que decidan tener un hijo y fracasen en el intento.

 

Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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