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México, D.F., 9 de noviembre (Redacción Salud Mundo de Hoy).- ¿Sabías que en México hay cerca de 8 millones de personas que padecen incontinencia urinaria? Lo más seguro es que no. Y es que en realidad muy pocas personas saben qué es esta enfermedad, incluso hay quienes la padecen y no lo saben y si lo supieran tampoco lo dirían, como sucede en la mayoría de los casos, porque lo consideran vergonzoso y hasta degradante.
El dolor, la frustración, la desesperación, la soledad y la impotencia que experimenta una persona incontinente es incomprensible para una persona que no padece la enfermedad; sin embargo, se estima que una de cada 4 personas presenta incontinencia en algún momento de su vida. Simplemente en México 8 millones de personas lidian con este problema y ¾ partes de quienes la presentan son mujeres. Por eso es fundamental que toda persona esté bien informada sobre la incontinencia y sepan qué hacer en caso de que se presente en algún familiar, un amigo o en sí mismo.
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina, o la incapacidad de contener la orina, desde pequeños goteos hasta no poder alcanzar el baño. Aunque se asocia sólo con adultos mayores, se puede presentar a cualquier edad, en hombres y mujeres sin distinción.
Hay cinco tipos de incontinencia:
Incontinencia de esfuerzo o estrés: Se presenta como pérdidas de orina inesperadas, causadas por cambios de presión entre la vejiga y la uretra, al cargar algo pesado, reír, estornudar, toser y con determinados esfuerzos físicos. Sus causas más frecuentes son la menopausia y el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico (partos, embarazos).
Incontinencia de urgencia: Ocurre cuando sobreviene una fuerte y urgente necesidad de orinar. La vejiga se vacía a pesar de muchos esfuerzos que se realicen para impedirlo. Existe una falta de coordinación entre los impulsos que el cerebro manda a la vejiga y lo que ésta realmente hace.
Incontinencia por rebosamiento o por goteo: Cuando la vejiga no se vacía por completo, se retiene la orina (por falla vesical o por obstrucción) y al final puede empezar a gotear.
Incontinencia funcional: La dificultad para llegar a tiempo al baño, debido a condiciones físicas como la artritis, postración u otras incapacidades, hace que haya pérdidas de orina.
Incontinencia mixta: Es muy común que se tengan más de uno de los síntomas anteriores.
Los grados de incontinencia son tres:
Ligera: Es ocasional, de goteo y es una pérdida incontrolable de pequeñas cantidades de orina.
Moderada: Pérdida incontrolable de moderadas cantidades de orina, que van de media a una taza.
Severa: Pérdida abundante de orina.
La incontinencia está asociada a varios factores: La flacidez en los músculos del piso pélvico, obesidad, infecciones, daño en los nervios, consumo de algunos medicamentos y, en los hombres, problemas de próstata.
Esta enfermedad afecta psicológicamente a quienes la padecen, pues temen ser objeto de burla o de desprecio. Para cualquier persona, una mujer de 35 años que se orina en una reunión es considerada como ‘sucia’. Los afectados pueden sentir constantemente que huelen mal, aunque no sea así, por eso se aíslan y prefieren mantener su situación en secreto, lo que impide que busquen apoyo y ayuda profesional, tomando, finalmente, soluciones inadecuadas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha considerado a la incontinencia como ‘el último tabú médico’ y se han hecho esfuerzos a nivel mundial para combatir las barreras que existen para tratar el tema.
Actualmente existen varios tratamientos para la incontinencia urinaria que van desde ejercicios y medicamentos hasta la intervención quirúrgica. Lo mejor es acudir con un médico especialista para encontrar el factor desencadenante de este problema e indique el tratamiento más conveniente de acuerdo a las necesidades del paciente.
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