Nutritiva.mx Un sitio de la LaSalud.mx
El consumo anual de pescado por mexicano es de apenas 8.7 kilos, mientras en Japón, España y Perú, es de 50, 30 y 22 kilos, respectivamente.
El consumo de pescado es una práctica habitual en esta época de Cuaresma para la mayoría de las familias mexicanas, lo cual es una idea sana ya que, además de ser un alimento rico en proteínas, minerales, vitaminas y omega 3, disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como infarto o embolia.Además, por su alto valor biológico (en 82 por ciento), bajo contenido de grasas y colesterol, este producto marino es recomendable para pacientes con diabetes, obesidad, colitis y gastritis. También es una excelente opción
en la dieta de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
No obstante que en esta temporada predomina la ingesta de productos marinos y de que los más de 9 mil kilómetros de costas mexicanas garantizan su abasto permanente, el consumo anual de pescado por cada mexicano es bajo: 8.7 kilos dato de la Profeco-, mientras que en naciones como Japón, España y Perú, el consumo per cápita es de 50, 30 y 22 kilos, respectivamente.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), fomenta incluir el pescado en los hábitos alimentarios de los derechohabientes. Al respecto, el doctor Martín de Jesús Estrada Chávez, toxicólogo adscrito al Servicio de Urgencias de Pediatría del CMN La Raza, asegura que el consumo de especies marinas gana cada vez más adeptos en México, debido a sus propiedades alimenticias y fácil digestión.
%u201CConsumir proteínas de origen marino es esencial, sobre todo por el alto valor biológico; es decir, es importante que nuestra población se genere un hábito por el consumo de pescado, porque le permite adquirir proteínas de buena calidad, por la tanto, debe tomar parte de la dieta cotidiana%u201D, subraya.
El especialista del IMSS detalla que el pescado es una fuente importante de fósforo, potasio, sodio, calcio, magnesio, zinc, hierro y yodo; minerales imprescindibles para pacientes que necesitan regeneración de tejidos o que presentan procesos infecciosos como úlceras, cirugía general y quemaduras.
De igual manera, esta carne blanca protege el corazón y las arterias, ayuda a disminuir procesos inflamatorios (artritis reumatoide), equilibra las grasas de la sangre, reduce los niveles de presión arterial, fortalece los huesos y disminuye el riesgo de sufrir coágulos y trombos.
Nuestro país presenta un mar de opciones en cuanto a pescados se refiere; en el mercado o centro comercial preferido, se puede adquirir robalo, huachinango, cazón, mero, bagre, extraviado, lisa, jurel, pámpano, sierra, sargo, guavina, mojarra, atún, salmón, entre otros.
Sin embargo, por su alto contenido en sodio (sal), el consumo de estas especies debe restringirse en el caso de personas que padecen hipertensión arterial, insuficiencia renal crónica o cirrosis, quienes deben limitarse a las indicaciones de su nutriólogo o médico familiar.
También existe gente que puede presentar alergias, debido a que las proteínas del pescado desencadenan una respuesta inmunológica a través de la liberación de histamina, responsable de la aparición de esta sintomatología.
El doctor Estrada Chávez recomienda que al comprar pescado se observe que el pescado tenga ojos brillantes, que no estén turbios ni hundidos; branquias coloradas y sin manchas; piel muy brillante y firme; carne dura; escamas bien adheridas al cuerpo, sin mal olor y que éstas no se desbaraten o se desprendan fácilmente, al momento de manipularlo.
%u201CEstos son datos que nos permiten identificar a aquel espécimen que no es fresco y que está en un proceso de descomposición o en etapa de contaminación por bacterias%u201D, resume.
El pescado fresco es un alimento perecedero, es decir, se descompone en poco tiempo y, en consecuencia, debe prepararse lo más pronto posible para disfrutar de todo su sabor y beneficios. De no consumirlo en 24 horas, es necesario congelarlo para mantener su calidad a corto y medio plazo.
